Para tener un carácter emprendedor se deben tener en cuenta pequeños sacrificios que a la larga servirán para ir formando una personalidad a prueba de fuertes cambios en un entorno laboral, familiar, social entre otros. Existen unos pasos que, realizados diariamente se convertirán en una herramienta útil para la vida:
- Siempre hablar bien de las otras personas
- Saludar con educación y cortesía a todas las personas
- Aprender a escuchar y considerar las opiniones y consejos que nos dan.
- Hacer con empeño las cosas que consideramos poco agradables. Si nos confían algo, es porque se tiene la confianza de que está en nuestras posibilidades realizarlo.
- Cumplir con las promesas y compromisos que hemos hecho
- Proponernos varios retos personales como: estudiar mejor, aprender algo nuevo, mejorar nuestro trato con las demás personas, profesores o compañeros de clase, etc.
La persona que verdaderamente tiene caracter, no ve obstáculos, sino retos; domina sus impulsos para ser dueño de su voluntad; conserva amistades y relaciones por los valores que transmite y encuentra alegría en lo que hace.
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